martes, 29 de octubre de 2013

Receta de anchoas rebozadas

Delicioso y nutritivo plato de anchoas./GM

Ingredientes para la receta de antxoas rebozadas o albardadas (para 4 personas):

  •  750 grs. de anchoas
  • 100 grs de harina
  • huevos
  • Aceite
  • Sal

Método de elaboración de la receta:

Se limpian las anchoas de forma que se les quite la cabeza y las tripas. Se lavan bien con agua.

Se les agrega la sal por encima y se revuelven todas juntas, una vez que estén bien escurridas sin agua. Se meten dentro de la nevera durante una hora para que cojan la sal.

Cuando se vayan a freír las anchoas, se les quita la espina central, se untan primero en harina y después en huevo batido. Para finalizar, se echan en una sartén con aceite caliente y se van friendo.


Información nutricional

La anchoa es un pescado azul graso. En concreto, posee unos 6 gramos de grasa por cada 100 de porción comestible. La grasa, presente en los pescados azules, es rica en ácidos grasos omega-3, que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos plasmáticos, además de aumentar la fluidez de la sangre, lo que previene la formación de coágulos o trombos. Por este motivo, se recomienda el consumo habitual de anchoas a la población en general, y de manera particular en caso de trastornos cardiovasculares. Asimismo, la anchoa es una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, al igual que el resto de pescados.

En cuanto a las vitaminas, destaca la presencia de algunas pertenecientes al grupo B como la B2 (0,27 mg.), B3 (7,6 mg.), B6 y B9 (8,7 microgramos) y B12 (1,9 mcg.). En general, estas vitaminas permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos (hidratos de carbono, grasas y proteínas), e intervienen en procesos de gran importancia funcional, como formación de glóbulos rojos, síntesis de material genético, funcionamiento del sistema nervioso y sistema de defensas. No obstante, la cantidad presente de estas vitaminas no es muy significativa, si se compara con alimentos ricos en estos nutrientes (cereales integrales, legumbres, verduras de hoja verde, levadura de cerveza, hígado y carnes en general).

La riqueza en grasa de la anchoa hace que contenga cantidades interesantes de vitaminas liposolubles, como la A (31,9 mcg.) y la D (7 mcg.). La vitamina A contribuye al mantenimiento, crecimiento y reparación de las mucosas, piel y otros tejidos. Favorece la resistencia frente a las infecciones y es necesaria para el desarrollo del sistema nervioso y para la visión nocturna. También interviene en el crecimiento óseo y participa en la producción de enzimas en el hígado y de hormonas sexuales y suprarrenales. La vitamina D regula los niveles de calcio en la sangre y favorece su absorción y la fijación de este mineral en los huesos.

En lo relativo a los minerales, la anchoa es buena fuente de magnesio (28 mg.) y yodo (20 mg.), y su contenido medio de hierro (1 mg.) es equiparable al de la mayoría de los pescados.


El magnesio se relaciona con el funcionamiento del intestino, nervios y músculos. Forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. El yodo es indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, que regula numerosas funciones metabólicas, así como para el crecimiento del feto y el desarrollo de su cerebro.


El hierro forma parte de la hemoglobina, proteína que transporta el oxígeno desde los pulmones a todas las células del organismo, por lo que su aporte adecuado previene la anemia ferropénica. Cabe destacar que cuando la anchoa se consume entera, se aprovecha el calcio que contienen sus espinas. De hecho, la cantidad de calcio que aportan 100 gramos es similar a la de un vaso de leche.